Hay algo que no entiendo...

Hay algo que no entiendo
la maldad gratuita
no entiendo esa rabia,
ese sin sentido, esa amargura,
¿cuál será, de todos sus dolores,
el que alivian cuando reparten curidas?
¿Qué crueldad infinita arrastra la oscuridad
de un desprecio calcado sobre vuestro
propio espejo?
Sé que duele, lo sé, lo siento
pero es que soy así
yo no soy como vosotros
sé que cuesta aceptar,
después de sentirnos traicionados por la vida,
después de la desilusión,
después de optar por destruir,
descubrir que el secreto está en crear.
Lo siento por ustedes,
de verdad deben sufrir mucho
en ese pequeño mundo de odio
ustedes creen que sí, pero no viven.

(Alejandro Sanz, Por derecho)

Paisajes inciertos

Paisajes inciertos
grabados debilmente en esa especie de milagro
que hace las veces de caja fuerte en nuestro cerebro.
Conservamos lugares y rostros, olores, tactos y sentimientos
o resentimientos, con el único objetivo de poder hurgar
más tarde en ellos y afrontar el placer que da la insistencia
del dedo que produce ese leve dolor que a su vez anuncia
una satisfacción instintitva más que perceptiva de nuestras glándulas,
reviviendo acaso nuestras más difamantes poses
las que accedemos adoptar por causas mayores,
como la necesidad.
Gracias a la vida por devolvernos nuestras más infames carestías,
nuestras más patéticas realidades,
nuestra condición de simples seres vivos con ningún tipo
de magnificiencia ni particularidad sobresaliente.

(Alejandro Sanz, Por derecho)

Mañana... mañana no sé.

Mañana..., mañana no sé.
Pero ayer te quise con la
desmedida confianza de un niño.
Con el empeño y el cuidado
de quien quiere dar lo mejor
de sí mismo desde el primer
encuentro.
Ayer te quise con la esperanza
de que quisieras escribir conmigo
Nuestra historia. Tu historia y
la mía, desde que nos conocemos
No, desde que el orgullo nos
dejó ciegos.
Tu historia y la mía no se
parece a la de los muertos.
No esperaba encontrarme a los
vivos sometidos por los muertos.
Ni a nadie con corazón que
siga odiando a aquellos
que como delito tenemos haber nacido
en el mismo suelo
que los sanginarios asesinos
que tanto daño hicieron.
¿Es justo que yo sea el centro de tu discordia,
allí donde descargar tus iras?

(Alejandro Sanz, Por derecho)

fotos de ida y vuelta

La intención de estas “fotografías de ida y vuelta” es la de poner en imagen las sensaciones de un viaje.
Me refiero a esas sensaciones fugaces que parecen escaparse en el preciso instante en que se producen…
Como si se pasase del júbilo (por descubrirnos sensiblemente capaces) a la melancolía sin tener tiempo para la nostalgia…
A veces se repiten, pero por si acaso les hice todos…
Como casi todas las ideas, ésa también es producto de una necesidad: la de no permitir que lo extraordinario de una gira de conciertos quede diluido en el montón de nuevas rutinas extraordinadoras… La de reivindicar el viaje auténtico como me lo enseñaron mis costumbristas españoles y latinoamericanos… el viaje de veras… lo que hay en medio del punto de partida y el punto de llegada… el auténtico viaje. Y con ese afán de compartir los lugares-sensaciones y una camarita de tres al cuarto comenzó a tomar forma este proyecto que ahora remata Jaime de Laiguana traduciendo una ojeda en una profunda mirada… Creo hablar por los dos cuando digo que “fotos de ida y vuelta” es un homenaje al camino y a la auténtica huella del hombre más allá del cliché… o inclusive. El cliché de los taxis de N.Y. (por ejemplo) es de una reiteración tan constante… que se convierte en reverberación…. Y por tanto la misma idea repetida muchas veces es siempre nueva… Creo que encontrarán muchos caminos en este viaje para encontrar sus propias sensaciones fugaces, esas que se nos escapan casi al mismo tiempo que aparecen… Salud.

(fotos de ida y vuelta, Alejandro Sanz-Jaume de laiguana)